LA DESNUTRICION EN CHIMBORAZO UN ENEMIGO SILENCIOSO

Niños trabajadores

“Barriga llena corazón contento”, frase conocida, pero que no es tan real en las zonas rurales del país. ¿Qué tan contentos están las niñas y niños de Chimborazo? La desnutrición infantil no mantiene precisamente sus corazones felices.

La desnutrición infantil es la sombra de la provincia de Chimborazo. El 52% de los niños menores de seis años que viven en la zona (alrededor de 89 281) padecen este problema.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), Chimborazo, que tiene más de 427 mil habitantes, ocupa casi por diez años el penoso primer lugar en desnutrición infantil en el país.

Quizás este es el caso de la familia Chimbolema, integrada por Susana, madre soltera y oriunda del cantón Guamote,  sus tres hijos: Juan, Carlos y Víctor, viven en la ciudad de Riobamba. Cada día para ellos es una batalla para poder obtener algún dinero que les permita llenar sus barrigas y sobrevivir en una urbe cada vez más individualista.

La jornada inicia cuando Susana se levanta a las 5:00 a prepararles a sus tres hijos una colada de máchica, que será el alimento que sostenga sus estómagos durante la mañana, 5:30 y la colada esta lista, Juan y Carlos están ya despiertos y cambiados pero Víctor sigue acostado, es con el que más lucha Susana para que despierte, debe ser porque es el menor de los tres.

El reloj continua su marcha y a las 6:00 en punto, Susana se despide de sus hijos para salir a realizar su trabajo, vender periódicos en un pequeño puesto frente al Municipio de la ciudad, su rol consiste en gritar los nombres de los periódicos e invitar a las personas que pasen que “hagan gasto y se informen” a veces resulta a veces no, ella recibe una comisión por cada periódico que gracias a sus gritos ayuda a vender, ya que el puesto no es de ella. Dicha comisión en muchos de los casos no supera un dólar diario.

Mientras tanto en su casa, Juan su hijo mayor lidera las actividades que Carlos y Víctor realizarán el día de hoy, su cronograma se basa en repartirse las zonas céntricas de la ciudad como: Municipio, Estación del Ferrocarril y la Av. Daniel León Borja, para vender “Frunas”. Al preguntarle a Juan porqué estas zonas y no otras, con mucha inteligencia y experiencia de esa que las calles te dan, ¡pensativo responde! Porque en el municipio siempre entra gente bien arreglada, en la Estación del Ferrocarril hay “gringos” y en la Av. Daniel León Borja hay mucha gente…

El sol está brillando y eso significa que su trabajo inicia, el reto de hoy es vender dos cajas cada uno hasta las 13:00 tiempo en el cual se definirá si su hogar tendrá o no dinero que les permita comer el almuerzo, que les dará energías para continuar en la tarde su trabajo. El lugar de encuentro es el local de venta de periódicos en el cual trabaja su mamá.

Con su zona de trabajo delimitada los tres hermanos se aventuran a vender sus “Frunas” saben que de eso depende la comida de hoy; por su parte Susana no ha vendido los suficientes periódicos que garanticen una sonrisa en su boca, espera que en el transcurso del día la situación mejore. Cada vez el calor es más intenso, señal de que la mañana está llegando a su fin, los tres hermanos se apresuran en la venta, mientras que Susana debe evitar que la noticia pierda actualidad, así que sus gritos son cada vez más fuertes.

El sol en su punto más radiante avisa que es tiempo de reunirse con mamá. Susana término la jornada con un saldo negativo, sus gritos no fueron lo suficientemente convincentes y las noticias no fueron las más sensacionalistas, resultado final o pago de comisión: 0.75 centavos. Con ojos perdidos y vos cansada, espera el resultado de sus hijos.

El sol cae sobre la silueta de los tres niños que se aproximan a donde su madre y el reflejo hace parecer que tres pulgas se acercan, con cara de alivio Juan informa a su madre que entre los tres vendieron seis cajas, todos cumplieron la meta, y que tienen el suficiente dinero para comprar: dos libras de pollo, dos libras de arroz, dos limones y dos tomates para hacer un curtido. Es tiempo de regresar a casa para hacer el almuerzo.

La jornada de la familia Chimbolema, culmina cuando el sol se oculta y la reunión entre ellos es una ruleta en la cual hay dos opciones: alegría o tristeza, hambre o comida.

Deja un comentario